miércoles, 29 de diciembre de 2010

CONTRA LA DROGA

Si ves a un adolescente que se droga,
                  AYUDALO.
Si conoces a algun vendedor de drogas,
                   DENUNCIALO.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Anabolicos esteroides

Los anabólicos esteroides, más precisamente anabólicos androgénicos esteroides, pertenecen al grupo de drogas ergogénicas, también llamadas drogas de performance. Son sustancias sintéticas derivadas de la testoesterona, una hormona natural masculina. "Anabólico" significa "constructor" o "fabricante", y "androgénico" significa "masculinizante", es decir que otorga características sexuales masculinas. Los esteroides derivan de las hormonas; a su vez, los anabólicos esteroides conforman un grupo dentro de estas drogas hormonales. Un hombre sano produce entre 2 y 10 miligramos de testosterona al día (las mujeres también la producen, pero en cantidades residuales). Las hormonas anabólicas ayudan al cuerpo a absorber las proteínas, propician el desarrollo muscular, óseo y de la piel. Las características androgénicas de la testosterona se relacionan con la masculinidad: durante la pubertad permite el desarrollo sexual masculino, el crecimiento capilar en el cuerpo y el agravamiento de la voz.
Estas sustancias están diseñadas para imitar las funciones de crecimiento de la testosterona, pero afectando mínimamente sus efectos masculinizantes. Hay muchas clases y combinaciones de propiedades anabólico - androgénicas. Estos productos son usados desde tiempos relativamente recientes: en 1930 la testosterona fue sintetizada por primera vez, y se introdujo en la práctica deportiva en los años '40. En las Olimpíadas de 1952, los rusos arrasaron con las medallas en levantamiento de pesas gracias a su uso, que desde esa época se hizo masivo. Paralelamente a su utilización, los médicos notaron sus efectos secundarios. A pesar de ello, su uso fue en aumento hasta 1975, en que fueron prohibidos. Hasta la fecha, el Comité Olímpico Internacional incluyó 17 clases de anabólicos y compuestos relacionados en las listas sustancias prohibidas. Durante los años '80, muchos jóvenes no atletas los utilizaron por sus propiedades de desarrollo corporal, creándose un floreciente mercado ilegal tanto de producción como de venta de estas drogas. En la actualidad, no solo los atletas usan anabólicos esteroides. Miles de jóvenes usan estas drogas para aumentar su potencia muscular, o simplemente por "motivos cosméticos", para mejorar su apariencia física y autoestima. Además, este consumo no se limita a los hombres sino incluye a un número creciente de mujeres.
Sus usos médicos son variados, siendo utilizados en terapias contra ciertas clases de anemia, cáncer de pecho, osteoporosis y otras enfermedades. Algunos médicos afirman que sería útil su uso post quirúrgico, con el objetivo de mejorar el apetito del paciente, pero son necesarias mayores investigaciones que sustenten esta posición. El uso no terapéutico de anabólicos androgénicos esteroides en adolescentes y jóvenes adultos aumentó significativamente durante las dos últimas décadas. Los más recientes estudios hechos por The National Institute on Drug Abuse y el National Clearinghouse on Alcohol and Drug Information de los Estados Unidos prueban que el uso indiscriminado y sin control de esteroides produce severos problemas a la salud física y psíquica.
Los anabólicos son normalmente tomados en forma de comprimidos. Algunos que no pueden ser absorbidos oralmente son inyectados. Su utilización sin fines médicos acarrea gravísimos riesgos que son potenciados por la utilización de "megadosis": una dosis normal prescrita con fines médicos varía entre 1 y 5 miligramos; más de 7 miligramos implican una sobredosis; algunos consumidores se aplican megadosis de 100 o más miligramos, implicando intoxicaciones que pueden llegar a ser mortales. El uso de estas megadosis se debe al falso convencimiento de que a mayores cantidades se consiguen mejores resultados. Además, llegan a saturarse de hormonas de diferentes tipos, muchas veces combinadas con otras drogas como ser estimulantes, analgésicos y anti-inflamatorios. Por otra parte recurren a un consumo "cíclico", creyendo que así eliminan los efectos perjudiciales y su detección mediante análisis.
En los Estados Unidos estos productos mueven alrededor de 400 millones de dólares al año. Estas sustancias son elaboradas sin ningún tipo de control de calidad, presentando impurezas que bien pueden ser catalogadas como venenos. 

Peligros que acarrean:
Se han encontrado abundantes evidencias sobre los perjuicios que el uso de anabólicos esteroides causan al cuerpo y la mente de sus consumidores. Su uso prolongado afecta la capacidad de procesamiento de información del cerebro, pudiendo derivar en enfermedades mentales irreversibles. Además, se detectan síntomas similares a las adicciones a otras drogas: deseo incontenible de consumir nuevamente, imposibilidad de reducir las dosis y síndrome de abstinencia. Se ha probado la dependencia psicológica, estudiándose la dependencia física. Como dato significativo, se han observado ampliamente estos efectos perjudiciales no solo entre quienes se sometieron a megadosis, sino también entre quienes lo hicieron con dosis moderadas. Quienes consumen grandes dosis, típicamente sufren cambios en la experiencia y características sexuales. Los efectos perjudiciales se pueden dividir en:


En hombres: aunque son derivados de una hormona sexual masculina, la droga puede afectar el funcionamiento del sistema reproductor. Entre sus efectos se encuentran: atrofia de testículos e hipertrofia prostática (ambos implican graves riesgos de cáncer); reducción de la producción de esperma; impotencia; calvicie; dificultad o dolor en la micción; desarrollo de pechos. Además, puede afectar al autocontrol de la agresividad y el manejo sexual.
En mujeres: las mujeres pueden experimentar, entre otros problemas, la "masculinización": hipertrofia de clítoris; desarrollo anormal de vello facial y corporal; agravamiento de la voz.
En ambos sexos: ictericia; acné; temblores; dificultades respiratorias; dolor, hinchazón y edema (acumulación de líquidos) en articulaciones; aumento de presión arterial; aumento de posibilidades de lesiones en músculos, tendones y ligamentos; gran incremento del riesgo de contraer cáncer en diversas formas.

Estos efectos son especialmente peligrosos en preadolescentes y adolescentes, ya que su utilización aún en dosis mínimas puede afectar irreversiblemente el crecimiento. Por ello, su prescripción médica es sumamente rara, reduciéndose a casos de enfermedades graves. Por otra parte, el factor de riesgo de caer en adicción a éstas y otras sustancias, desaconsejan su uso. La forma inyectable expone al contagio con el virus HIV (que produce el SIDA), además de otras enfermedades infectocontagiosas. Es un hecho que muchos adictos a sustancias inyectables no solo no utilizan agujas desechables, sino además comparten las agujas sin esterilizar. Los efectos de los anabólicos sobre la mente fueron objeto de investigaciones en la Universidad de Harvard, donde se demostró que provocan diferentes trastornos psicológicos como: depresión; extrema irritabilidad: incremento en la agresividad, llegando a agresiones físicas e incluso homicidios; celos paranoicos; sentimientos de invencibilidad; expresiones grandilocuentes; megalomaní

viernes, 3 de diciembre de 2010

Que son las drogas y como se produce una adicción.

Mucha gente no comprende por qué algunas personas se vuelven adictas a las drogas ni cómo las drogas cambian el cerebro para que éste fomente el abuso compulsivo de las drogas. Creen erróneamente que el abuso de drogas y la drogadicción son problemas sociales y a veces caracterizan a los toxicómanos como personas moralmente débiles. Otra creencia común es que los toxicómanos deberían poder parar de tomar drogas con sólo estar dispuestos a cambiar su comportamiento. La gente a menudo no se da cuenta de lo complejo que es la drogadicción y que ésta es una enfermedad que impacta el cerebro por lo que el dejar de abusar de las drogas no se trata de algo tan sencillo como la voluntad. Gracias a los avances científicos, ahora sabemos con mucha más exactitud cómo las drogas trabajan sobre el cerebro y también sabemos que la drogadicción sí se puede tratar exitosamente, ayudando al toxicómano de esa manera a dejar el abuso de drogas y volver a tener una vida productiva.
¿Qué es la drogadicción?
La drogadicción es una enfermedad crónica del cerebro, a menudo con recaídas, caracterizada por la búsqueda y el uso compulsivo de drogas a pesar de las consecuencias nocivas al adicto y a los que le rodean. La drogadicción se considera una enfermedad del cerebro porque el abuso de drogas produce cambios en la estructura y en el funcionamiento del cerebro. Si bien es cierto que en el caso de la mayoría de las personas la decisión inicial de tomar drogas es voluntaria, con el tiempo los cambios en el cerebro causados por el abuso repetido de las drogas pueden afectar el auto control y la habilidad del usuario para tomar decisiones sensatas.

Debido a estos cambios en el cerebro es muy difícil para el drogadicto lograr dejar de abusar de las drogas. Afortunadamente hay tratamientos que ayudan a contrarrestar los efectos poderosos y disruptivos de la adicción y ayudan a recuperar el control. Las investigaciones demuestran que la mejor manera de asegurar el éxito para la mayoría de los pacientes es la combinación de los medicamentos para tratar la adicción, cuando los hay, con la terapia conductual. Los enfoques que son diseñados específicamente para tratar el patrón de abuso de drogas de cada paciente individual y cualquier problema médico, psiquiátrico o social concurrente, pueden llevar a una recuperación prolongada y una vida sin abuso de drogas.

Al igual que muchas otras enfermedades crónicas con recaídas, como la diabetes, el asma, o las enfermedades del corazón, la drogadicción puede tratarse exitosamente. También en forma parecida a otras enfermedades crónicas, es común que haya recaídas y que el drogadicto comience a usar drogas nuevamente. Estas recaídas, sin embargo, no significan un fracaso. Más bien son una señal de que se debe repetir o ajustar el tratamiento o de que se necesita un tratamiento alternativo para que la persona logre recobrar el control y recuperarse.

¿Qué le pasa al cerebro cuando se usan drogas?
Las drogas son sustancias químicas que infiltran el sistema de comunicación e interrumpen el envío, la recepción y el procesamiento normal de información entre las células nerviosas. Hay por lo menos dos maneras en que las drogas pueden hacer esto: 1) imitando los mensajes químicos naturales del cerebro y/o 2) sobre estimulando el “circuito de gratificación” del cerebro.

Algunas drogas, como la marihuana y la heroína, tienen una estructural similar a la de algunos mensajeros químicos llamados neurotransmisores, que el cerebro produce de manera natural. Debido a que tienen esta semejanza, este tipo de drogas puede “engañar” a los receptores del cerebro, logrando activar las células nerviosas para que envíen mensajes anormales.

Otras drogas, como la cocaína o la metanfetamina, pueden hacer que las células nerviosas liberen neurotransmisores naturales en cantidades mucho mayores de lo normal o pueden impedir el reciclaje normal de estas sustancias químicas, que es necesario para terminar la señal entre las neuronas. Esta interrupción produce un mensaje sumamente amplificado que a su vez dificulta los patrones normales de comunicación

Casi todas las drogas, directa o indirectamente, atacan al sistema de gratificación del cerebro inundando el circuito con dopamina. La dopamina es un neurotransmisor que se encuentra en las regiones del cerebro que regulan el movimiento, las emociones, la cognición, la motivación y los sentimientos de placer. La sobre estimulación de este sistema, que normalmente recompensa nuestros comportamientos naturales vinculados a la sobrevivencia (comer, pasar tiempo con los seres queridos, etc.), produce efectos de euforia como respuesta a las drogas. Esta reacción inicia un patrón que “enseña” a las personas a repetir comportamientos de abuso de drogas.

Cuando una persona continua abusando de las drogas, el cerebro se adapta a estas oleadas abrumadoras de dopamina produciendo menos dopamina o disminuyendo el número de receptores de dopamina en el circuito de gratificación. Como resultado, el impacto de la dopamina sobre el circuito de gratificación se puede volver muy limitado, reduciendo así la habilidad del usuario de gozar de las drogas y de cosas que anteriormente le traían placer. Esta disminución obliga al drogadicto a continuar abusando de drogas en un intento por lograr que la función de la dopamina regrese a lo normal. Sin embargo, ahora puede que necesite consumir una cantidad mayor de droga a fin de elevar la función de dopamina a su nivel normal anterior. Este efecto se conoce como tolerancia.

El abuso a largo plazo también causa cambios en otros sistemas y circuitos químicos del cerebro. El glutamato es un neurotransmisor que influye sobre el circuito de gratificación y la habilidad para aprender. Cuando el abuso de drogas altera la concentración óptima del glutamato el cerebro intenta compensar este desequilibrio, lo que puede deteriorar la función cognitiva. Las drogas de abuso facilitan el aprendizaje no consciente (condicionamiento), lo que hace que el usuario sienta deseos incontrolables cuando ve un lugar o una persona que asocia con las drogas, aun cuando la droga en sí no está disponible. Los estudios de imágenes del cerebro de los drogadictos muestran cambios en áreas del cerebro esenciales para el juicio, la toma de decisiones, el aprendizaje, la memoria y el control del comportamiento. En conjunto, todos estos cambios pueden hacer que el drogadicto busque y use las drogas compulsivamente a pesar de las consecuencias adversas, es decir, que se vuelva adicto a ellas.


¿Por qué algunas personas se vuelven adictas a las drogas y otras no?
No hay un solo factor que determine que alguien se vuelva o no drogadicto. El riesgo para volverse drogadicto es afectado por la constitución biológica de la persona, el entorno social y la edad o etapa de desarrollo en que se encuentra. Mientras más factores de riesgo se tengan, mayor es la probabilidad de que el consumo de drogas se convierta en adicción. Por ejemplo:

Biología: Los genes con los que se nace, en combinación con las influencias del entorno, son responsables por alrededor de la mitad de la susceptibilidad a la adicción. El sexo, la etnia y la presencia de otros trastornos mentales también pueden influenciar el riesgo para el abuso de drogas y la drogadicción.
Entorno o medio ambiente: El entorno de cada persona se ve influenciado por muchos factores, desde la familia y los amigos hasta el estado socioeconómico y la calidad de vida en general. Factores tales como la presión de los amigos o colegas, el abuso físico o sexual, el estrés y el papel que juegan los padres pueden tener una influencia enorme sobre el curso del abuso de drogas y la drogadicción en la vida de una persona.
Etapa de desarrollo: Los factores genéticos y ambientales interactúan con etapas críticas del desarrollo humano afectando la susceptibilidad a la adicción, siendo la adolescencia una etapa que enfrenta un doble reto. Si bien el consumo de drogas a cualquier edad puede llevar a la adicción, mientras más temprano se comienza a consumir drogas, mayor es la probabilidad de progresar al abuso más serio. Esto se debe a que las áreas del cerebro que gobiernan la toma de decisiones, el juicio y el auto control aún se están desarrollando durante la adolescencia, lo que hace que los adolescentes sean especialmente vulnerables a comportarse riesgosamente, lo que incluye la experimentación con drogas de abuso.


La clave está en la prevención

La drogadicción es una enfermedad prevenible. Los resultados de las investigaciones de prevención auspiciadas por el NIDA han demostrado que los programas de prevención que involucran a la familia, las escuelas, las comunidades y los medios de comunicación son herramientas eficaces en la reducción del abuso de drogas. Mientras que hay muchos eventos y factores culturales que afectan las tendencias del abuso de drogas, cuando los jóvenes perciben al abuso de drogas como dañino, reducen el consumo del mismo. Por lo tanto, es necesario ayudar a los jóvenes y al público en general a comprender los riesgos del abuso de drogas y continuar promoviendo a través de los maestros, padres y profesionales de cuidados de la salud el mensaje que la drogadicción se puede prevenir si jamás se comienza a abusar de las drogas.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Drogas: ¿Que son las Drogas?


Que son las drogas, pregunta fundamental para encarar el tema de la adicción a la droga, cuales son las principales, que daños causan, por qué se llega a las drogas y todo lo relacionado con que son las Drogas.
Con el nombre de droga se designa en sentido genérico a toda sustancia mineral, vegetal o animal que se utiliza en la industria o en la medicina y que posee efectos estimulantes, depresores o narcóticos o, como establece la Organización Mundial de la Salud (OMS), a cualquier sustancia que, introducida en un organismo vivo, puede modificar una o varias de sus funciones. A efectos penales, el concepto de droga (a pesar de las diferentes formas de actuación en el organismo) engloba también las sustancias estupefacientes y psicotrópicas, naturales o sintéticas, cuyo consumo reiterado provoca la dependencia física u orgánica, así como el deseo irrefrenable de seguir consumiéndolas en mayores dosis a fin de evitar el síndrome de abstinencia.
La OMS menciona entre los estupefacientes el Cannabis y sus resinas, las hojas de coca y cocaína, heroína, metadona, morfina, opio y codeína; y como psicotrópicos, los barbitúricos, las anfetaminas y los ampliadores de la conciencia, como el ácido lisérgico, la mescalina o la psilocibina.
Las características propias de las drogas hacen de ellas sustancias sumamente peligrosas. Los efectos que producen en el organismo no son siempre iguales y cambian según la clase de droga, por ejemplo, unas son estimulantes y otras, depresoras. También varían de acuerdo con la dosis pues la misma droga puede causar efectos diferentes según sea la cantidad consumida.
Dichos efectos se relacionan con las características psicofísicas de cada persona y con las particularidades del medio en que se produce el consumo. Por estas razones, nunca existe certeza sino probabilidad de que la droga produzca el efecto buscado.
Adicción es la necesidad imperiosa de consumir droga regularmente (no ser capaz de moderar el consumo o suprimirlo). Viene determinada por fenómenos psíquicos y físicos.
Taquifilaxia es la necesidad de consumir dosis cada vez mayores para conseguir los mismos efectos. La presentan muchos fármacos porque el organismo potencia sus mecanismos de degradación de la sustancia, pero a las drogas se añade un fenómeno de ‘tolerancia’ psicológica.
Los cuadros de abstinencia siempre son psicológicos y, en el caso de algunas drogas, son además síndromes físicos que pueden resultar mortales. Pueden controlarse con medidas terapéuticas sintomáticas o substitutivas (sustancias menos nocivas, de efectos parecidos, que se retiran progresivamente).